Martes de locos

Ayer martes, en mi hogar se han cocinado unos víveres con pollo; por lo que mi prometido, de lindo como siempre, me trajo arroz, ya que estaba antojada para comerlo con unas lechugas que había traído mi cuñado el día anterior. El fin es que, cuando estaba comiendo me dieron unas inmensas ganas de estornudar (¿Alguien podría decirme como se estornuda con la boca llena?), en mis intentos por detenerlo se me salieron las lágrimas y al parecer no pude hacerlo, pues una catarata de arroz salió disparada por mi nariz. Suerte que mi hermana estaba entretenida y no me vio.

Más tarde, me dispuse a lavar una cortina, al terminar conecté la lavadora y encendí el secador. Poco tiempo después, mi madre fue a arreglar algo cerca de la lavadora, cuando salieron danzando todos los cubitos que tiene dentro de ésta, al principio no lo sospeche, pero después de un rato, me di cuenta de que ella sin querer la había encendido, no podía contener la risa y apenas logré apagarla. Mami, salió más disparada que los cubitos, así que si la ven, ella mide 4,11; responde al nombre de Dora, y tiene una bata azul.

En la noche, me dirigí hacia la Iglesia, al terminar el servicio, nos dispusimos a saludar a todos los hermanos, yo de salía, voy a darle la mano a un señor(que por ética me reservaré el nombre)que estaba hablando con un joven, al tenderle la mano, vi que muy entretenido en su conversación se hurgaba la nariz; sólo transcurrieron unos poquitos segundos en los que mi mente consideraba todas las opciones y decidía que hacer, transcurrieron también unos poquitos segundos entre la tendida de mano y mi desaparición.